La arquitectura románica

Origen  y características de la arquitectura románica

El arte románico se desarrolla  fundamentalmente en el terreno de la arquitectura religiosa. Las iglesias y los monasterios serán los lugares de experimentación donde se irán aportando las soluciones más significativas.
La arquitectura románica se caracteriza por ser el resultado de un proceso de creación continuado donde no se van a poder establecer unos principios estrictos generales, sino que irá salvando progresivamente todas las dificultades que se van planteando, habiendo esbozado o resuelto prácticamente la totalidad de las soluciones arquitectónicas, funcionales y constructivas que se planteaban en la erección de una iglesia. Su amplio desarrollo traerá como consecuencia la repetición, casi estereotipada, de modelos tanto constructivos como decorativos, fundamentalmente en las zonas rurales.

La iglesia románica, como edificio, no presenta unas tipologías uniformes, sino una continua adaptación a las necesidades sociales y religiosas, introduciendo peculiaridades en cada una de las regiones donde se desarrolla.
La planta basilical, la iglesia de salón con naves a igual altura, las naves únicas o las plantas radiales, son igualmente utilizadas. En este sentido, es la concepción del espacio recogido, aislado del exterior mediante gruesos muros de gran plasticidad, e iluminado por luz natural mediante focos muy concretos, lo que puede caracterizar estos edificios.

El cubrimiento con bóvedas será uno de los grandes problemas que la arquitectura románica tiene que resolver. La solución más extendida será la bóveda de arista, marcando el paso al románico maduro la consecución de una iglesia totalmente abovedada. Los paramentos, al tener que soportar los empujes de las bóvedas, son de gran grosor, por lo que se tienen que construir muros de sostén en las naves laterales, aprovechándose este espacio para la colocación de tribunas.
Pero las paredes entendidas como masa plástica resaltarán su volumen con la inclusión de galerías o mediante los numerosos escalonamientos de puertas y ventanas. Los cruceros se realizarán en forma de capillas laterales (o entendidos) como una nave que atraviesa el cuerpo de la iglesia. Las fachadas y las torres tendrán asimismo un rico desarrollo.

La iglesia románica no será solo un edificio, sino que para el hombre románico representa todo un símbolo. La fusión entre lo religioso, lo social y lo simbólico hará difícil distinguir en un edificio románico cuáles son las exigencias técnicas y funcionales de las propiamente simbólicas.

Como ya se ha comentado, la arquitectura románica se centra casi exclusivamente en templos y monasterios. Su lugar de origen no fue producto de una sola nacionalidad o región, sino que surgió de forma paulatina y casi simultánea en Italia, Francia, Alemania y España. En cada uno de estos países brotó con características propias, aunque con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional de ámbito europeo.

En España se pueden distinguir tres grandes zonas con algunas variaciones entre ellas:
La zona catalana.
La zona navarro-aragonesa.
La zona castellano-gallega.